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martes, 7 de noviembre de 2023

Encuentro de Juventud 2023: Tejer luchas, Construir sindicalismo

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Los días 10, 11 y 12 de Noviembre será el encuentro de juventudes de CGT en el local de la Federación de Sevilla (C/ Alfonso XII, 26). El encuentro nace de las ganas de arrejuntarnos y debatir distintos aspecto del sindicalismo conjuntamente con varios colectivos y sindicatos. Por si acaso, aclaramos que el límite de edad es de 40 años, aunque si sientes que el encuentro apela a tu espíritu joven y refleja parte de tu realidad te invitamos abiertamente a que participes.

El encuentro tiene un coste total de 30 € y se pernocta en el sindicato con sacos de dormir. Las comidas serán veganas y se intentarán tener en cuenta todas las necesidades que se indiquen en el formulario (acompañamiento de peques, accesibilidad de los espacios, etc). Cualquier duda o aclaración no dudéis en escribirnos.

Una parte de la juventud de la CGT ha organizado la Primera Escuela de Otoño, desde y para la gente joven: tejer redes, compartir espacios y reflexionar sobre la militancia sindical en estos momentos. Para nosotres, les jóvenes, el sindicato es una herramienta potente para organizarse en el mundo laboral y, por ello, pretendemos que el proyecto sea un primer paso que nos permita conocernos, debatir y difundir nuevas ideas sindicalistas sean o no crecidas en la CGT.

Durante tres días y en el centro de Sevilla, se propone una convivencia donde cuidar juntes del espacio, cocinar y divertirnos.

Habrá talleres, charlas, debates y espacios de reflexión a lo largo de las jornadas acompañadas por alternativas de ocio nocturno para generar afinidad entre los compañeros. Uno de los ejes centrales será escuchar y aprender de compas que se han organizado en sindicatos para conseguir y defender sus derechos. Allí donde ellas trabajan y nosotras no hemos conseguido ayudar, escuchar y apoyar.

√ Derechos laborales y Sindicalismo

√ Ecologismo y cambio climático

√ Acción y estrategia Sindical

√ Cuidados y Trabajo

√ Repensar la forma de hacer sindicalismo desde la juventud

√ Con Sindicatos y Colectivos combativos

Para dar prioridad a la accesibilidad del evento, en el formulario de inscripción preguntamos necesidades para poder mejorar la convivencia e intentaremos llevar a cabo las charlas en lugares accesibles: sensibilidad lumínica, ruidos, animales, ascensor, rampas, etc. Si eres una persona joven con muchas ganas de aprender, crear proyectos y descubrir nuevas perspectivas inscríbete!

A continuación detalles de los temas que se tratarán y como inscibirse.

Primera escuelita de otoño en Andalucia desde y para la gente joven

Talleres, charlas, debates, concierto… ¡Apúntate!
Derechos laborales y Sindicalismo 101
Ecologismo y cambio climático
Acción y estrategia Sindical
Cuidados y trabajo
Repensar la forma de hacer sindicalismo desde la juventud

Con Sindicatos y Colectivos combativos

10, 11 y 12 Noviembre
C. Alfonso XII, 26 (Sevilla)
Registrate aquí:
https://framaforms.org/inscripcion-encuentro-juventudes-en-sevilla-10-11-12-de-noviembre-1689905185

Fecha límite inscripción 6 de Noviembre

Para compartir transporte apuntate aquí
https://cryptpad.fr/sheet/#/2/sheet/edit/9i6iqly6yRc-o5WM2cQm9o01/

Para cualquier duda o sugerencia escríbenos a encuentrojuventudes@cgt.org.es

Grupo de coordinación del Encuentro de Juventudes 2023

miércoles, 12 de octubre de 2016

Daniel Colson: “El anarquismo es extremadamente realista”

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Entrevista con Daniel Colson, filósofo e historiador, sobre la actualidad del anarquismo. 

Entre las tradiciones históricas revolucionarias, es difícil encontrar una más repleta de tesoros que el anarquismo. Las diferentes versiones del marxismo-leninismo (maoísmo, trotskismo), son hoy prácticamente “lenguas muertas”, es decir, “lenguas que no son ya la lengua materna de ningún individuo, ni la lengua de uso en ninguna comunidad natural de hablantes”. Y si algún autor de esa corriente aún nos hace pensar hoy, como es el caso de Gramsci, es por haber tenido que inventar en su día un nuevo lenguaje (en lugar del vocabulario marxista clásico) para esquivar la censura. 

Por el contrario, el anarquismo resuena intensamente con los movimientos políticos más recientes como las plazas de 2011: autoorganización, rechazo de la delegación, disgusto hacia las intrigas de palacio, atención sensible hacia todas las relaciones vitales, carácter afirmativo y no sólo reactivo, lógica no frontal o simétrica del antagonismo, etc. Y sin embargo, ese vínculo es más implícito e inconsciente que explícito. ¿Por qué? Porque hay dragones. Dragones guardianes que, hechizados por el brillo del tesoro, lo custodian de tal modo que lo sofocan y esterilizan. Encierran el anarquismo en siglas, fechas y héroes, fetichizan la memoria, construyen identidades-fortaleza, desconfían de lo nuevo.
Se vuelven necesarios, pues, los espíritus aventureros que se atreven a burlar la vigilancia de los dragones para liberar y compartir los tesoros retenidos. 
Los “traductores” que devuelven la vida al anarquismo y el anarquismo a la vida, activando una memoria no nostálgica, sino inspiradora para el presente. Como por ejemplo Tomás Ibañez Christian Ferrer o el filósofo e historiador francés Daniel Colson.
En esta entrevista concedida a la revista francesa Ballast, Daniel Colson comparte algunos de los preciosos tesoros que ha encontrado en sus incursiones: el anarquismo como ontología y no como utopía o ideal, la visión del Estado como “resultante” de las relaciones de poder micro, el antiautoritarismo existencial como rasgo libertario, la ética anarquista como lógica de los comportamientos y los afectos, la revolución social más allá de la revolución política, el sentido de la multiplicidad, etc.
Tesoros para disfrutar y compartir, para activar en la vida y en las luchas, una vez liberados de los dragones guardianes de la ortodoxia.

Propones la idea de que el anarquismo no sería un modo de vivir, ni un estado de ánimo, sino una verdadera ontología. ¿Qué quieres decir con esto?
Hablar de ontología es hablar de lo que es, de lo que hay, de las cosas, de los hechos. Al contrario de lo que se piensa a menudo (algunos libertarios también lo hacen), el anarquismo no es un ideal o una utopía, ni tampoco una de esas ideas bellas pero irrealizables. El anarquismo es extremadamente realista. Habla de las cosas tal y como son: el caos, los accidentes, la vida y la muerte, la alegría, pero también la tristeza y el sufrimiento, las relaciones de fuerza y de poder, el azar y la necesidad, tanto de la existencia humana como del mundo y el universo que son los nuestros. En dos palabras, la "anarquía" de lo que es. El idealismo y la utopía no están del lado del anarquismo, sino del lado de las "leyes", de las "religiones", de los "Estados" y de los sistemas (incluso científicos) que pretenden poner orden y dar sentido al caos, doblegarlo a su lógica particular, a costa de muchos sufrimientos, violencias y obligaciones. El orden se dice a sí mismo realista, pero su realidad no es otra que la de la dominación.
¿Podrías hablarnos de esto a través de un ejemplo?
Sí, formo parte desde hace muchos años de una librería asociativa libertaria, La Gryffe. Como todas las asociaciones -esos "seres colectivos", que diría Proudhon-, La Gryffe ha vivido (y vive) numerosos conflictos a lo largo de su dilatada historia: una multitud de pequeñas tensiones localizadas en el día a día; pero también conflictos generales (o de conjunto) más o menos dramáticos, bajo la forma de crisis periódicas en torno a la orientación y el funcionamiento de la librería o a la apropiación de la "fuerza colectiva" (Proudhon) que "resulta” de cualquier cooperación, grupo o asociación.
Esas tensiones y crisis han provocado a menudo un profundo desánimo entre los miembros de La Gryffe y entre quienes la observan desde fuera. ¿Cómo? ¿Incluso un proyecto libertario como La Gryffe no logra evitar las fricciones, los líderes y las luchas por el "poder"? ¿Qué pasaría entonces en un marco más amplio? ¿Cómo puede creerse en el proyecto anarquista si ya sus más mínimas manifestaciones y tentativas no consiguen funcionar sin complicaciones, divisiones, renuncias, impotencias y choques (incluso a veces violentos, como lo demuestra la historia del anarquismo español)?
Por supuesto, hay razones evidentes en este mundo para estar desanimado. Pero desde un punto de vista libertario, no son de este tipo. No tienen que ver con la debilidad de una utopía o ideal que se estrellaría contra la dura realidad de un mundo en el que actuar como un ángel conduce muy a menudo a comportarse como una bestia. Lejos de sorprenderse o desanimarse, los anarquistas deberían advertir que las tensiones, los conflictos, las pasiones, las rivalidades y las violencias que se pueden constatar por todas partes son justamente la prueba más concluyente de la ontología que ellos defienden: la anarquía de lo que es, la anarquía de lo que hay. Bajo la fachada de las religiones y los Estados, de la cortesía y de las apariencias, siempre espera una nueva crisis, una nueva explosión, una nueva demostración del carácter anarquista e indomable de la realidad.
El desánimo de los libertarios no tiene que ver con el diagnóstico de la realidad, sino con la dificultad para deshacerse del peso de las representaciones idealistas, con la transformación reiterada del realismo anarquista en unos principios abstractos e ideológicos comparables a los de todas las demás ideologías y religiones, morales o estatales. Una vez convertido en programa e ideal, los anarquistas se esfuerzan, como nuevos Sísifos, en aplicar el proyecto anarquista a la realidad, pero es en vano. Ni siquiera disponen del poder de las instituciones autoritarias y jerárquicas que podrían darle a su proyecto, como ocurre en los demás casos, ciertas apariencias de realidad.
¿Dónde y cómo nace la concepción anarquista de la realidad? ¿Y en tu caso personal?
El punto de partida de la concepción anarquista del mundo no radica en la filosofía o en "la cabeza" de algunos pensadores como Proudhon o Bakunin. Bakunin "se vuelve anarquista" tardíamente, bajo el efecto de los acontecimientos, de su encuentro sensible y concreto con los  obreros relojeros del Jura en Suiza. El pensamiento de Proudhon, muy marcado al comienzo de su vida por la experiencia profesional en una imprenta, se debe principalmente a los acontecimientos de 1848, que transformaron profundamente, quizá no tanto a la persona que era, pero sí lo que pensaba y no dejó ya nunca de pensar.
En mi caso (mucho más modesto, evidentemente), tampoco empecé por la filosofía, sino también por unos acontecimientos (los de Mayo del 68 en este caso) que cambiaron mi vida, pero también por una serie de investigaciones históricas profundas sobre el movimiento obrero. Es decir, yo me hice interiormente anarquista en el fuego de los acontecimientos de Mayo, pero fue el contacto con la historia obrera lo que me hizo entender la amplitud y la profundidad del proyecto libertario, su manera de relacionarse con las cosas y con la vida más inmediata y material, así como la radicalidad de la revolución que este proyecto implica.
En el vocabulario de la filosofía contemporánea, se podría decir que el anarquismo constituye un horizonte de pensamiento o, de manera más amplia, un “plano de consistencia” (Deleuze). Algo "prende", algo "cuaja" y va asociando numerosas entidades diferentes al mismo tiempo que las hace proliferar: prácticas, teorías, técnicas, expresiones, temperamentos, personalidades, modos de ser, conceptos, gestos, ideas, estéticas, etc. Proudhon propone un concepto especial para pensar este "cuajar" de hechos y fuerzas diferentes: es el concepto de "homología" (que por cierto usa también Spinoza cuando explica, a groso modo, que hay más puntos comunes entre un caballo de labranza y un buey que entre un caballo de labranza y un caballo de carreras). 

Así es como se han asociado (para mí) realidades tan diferentes como la historia del movimiento obrero y El Anti-Edipo de Deleuze y Guattari, entre ellas y a la vez con todo un mundo de hermanos, hermanas y primos, a veces muy lejanos: Spinoza, Leibniz, Simondon, Gabriel Tarde y muchos otros más. Y así creo que puede entenderse el concepto de "anarquía positiva" de Proudhon: un "prender", un "cuajar" de cuerpos y sentidos, no como se solidifica el hormigón (esa es la manera del fascismo religioso y el integrismo islámico), sino más bien en el sentido de una improvisación de jazz: modos de asociación de entidades radicalmente dispares y singulares que recomponen el mundo sin dejar nunca de ser diferentes, de tener una realidad, un modo de ser y un punto de vista radicalmente irreductibles a todos los demás. Los "haces de autonomía" (Proudhon), las "libres asociaciones de fuerzas libres" (Bakunin) o la "unión libre [...] de los únicos" (Stirner y Landauer) son modos de asociación que implican la autonomía absoluta de las fuerzas asociadas.

Hablabas de "anarquía positiva". ¿Tiene esta noción de Proudhon un eco en tus libros, en tu insistencia sobre el carácter nocivo del resentimiento y de la negatividad como motores políticos, tan presentes sin embargo en los ámbitos contestatarios? En el fondo, ¿cómo luchar sin odio?
No había pensando en el sentido que le das a la palabra "positiva" en la fórmula de Proudhon. Me parece que esta palabra le servía sobre todo para distinguir entre una especie de anarquía primera, en el sentido tradicional y negativo de "an-anarquía", de caos, y un segundo sentido, la auto-organización en el seno de ese caos, la auto-organización de ese mismo caos, mediante todo un proceso de selección de fuerzas, de disposiciones, en oposición y en equilibrio, etc. Pero, tenga que ver o no con Proudhon, tu pregunta sigue vigente y valida.
El anarquismo, estrechamente vinculado en su nacimiento a la violencia de la lucha de clases de los inicios del capitalismo industrial, no se libró de los efectos de odio, de resentimiento y de venganza que inducía dicha violencia. Pero no es el odio y el resentimiento lo que llama más la atención cuando se estudia la historia del anarquismo, especialmente de ese anarquismo obrero que fue su cuna y su horizonte.
Si uno examina la organización de los  "Caballeros del trabajo" o el contenido de los discursos de los líderes de los movimientos obreros que recriminan a su público la actitud de esclavos o de ovejas, es que el anarquismo obrero nace y se afirma, no como un movimiento de víctimas, sino de "maîtres" [amos y señores, pero también maestros y maestros artesanos], en el sentido que Nietzsche da a esa palabra. El "amo" anarquista y el "amo" nietzscheano comparten la característica decisiva de no tener ni necesitar esclavos (tanto Nietzsche como Proudhon son críticos de Hegel y de su dialéctica del amo y del esclavo).

Los "amos" de artes y oficios donde el anarquismo encuentra a muchos de sus militantes, los “amos” zapateros del Père Peinard que echan a los patrones a golpes de cinturón, etc. Habría mucho que decir sobre la complejidad y la ambivalencia de aquella actitud de "amos", tanto en el terreno profesional como dentro de las familias obreras, a través del modelo patriarcal que defiende vigorosamente Proudhon, donde el cinturón no sólo sirve para echar a los patrones...
Los "amos" de Nietzsche y del anarquismo son afirmativos, afirmativos en la rebelión y en las fuerzas interiores que autorizan esa rebelión, incluso cuando se trata de una rebelión tan desesperada como la de los Sonderkommandos de Birkenau o de Treblinka. En Nietzsche y en el anarquismo encontramos la misma idea de una afirmación emancipadora que escapa a toda negatividad; una afirmación generosa que pretende arrastrarlo todo consigo, rehacerlo todo, como lo demuestra la idea de huelga general insurreccional y el "separatismo" que implica ("la comunidad en la fuga" de la que habla Gustav Landauer) y que uno encuentra en el viejo anarquismo obrero, pero también en muchos movimientos contemporáneos (puede leerse en este sentido A nuestros amigos, el último libro del Comité Invisible). 

Creo que estás de acuerdo con el análisis que hace  Foucault del poder, ¿nos puedes decir algo más al respecto?
Para Foucault, el "poder" está en todas partes: es una multitud infinita de pequeños poderes o de pequeñas relaciones de poder que se encadenan, producen y sostienen entidades más amplias (las "resultantes" de que hablan Proudhon, Bakunin, Reclus...): los Estados, las Iglesias, las leyes religiosas, el capital, Dios. Todas las micro-relaciones de poder parecen emanar de estas entidades, pero en realidad son su causa y su sostén .
Se puede lamentar que Foucault no haya tomado más en cuenta el pensamiento libertario. Pero también es lamentable el hecho de que el pensamiento libertario haya podido, no tanto en sus prácticas como en las representaciones de muchas de sus organizaciones y de sus militantes más ideológicos, hipostasiar las resultantes de las relaciones de dominación: hipostasiar el Estado, el capital, las religiones como grandes enemigas (reproduciendo la creencia de que ellas son la fuente y el origen de las relaciones de poder, cuando en realidad sólo son sus resultantes y sin ellas no son nada).
El anarquismo no nació de una teoría previa y negativa del Estado y su conveniente destrucción. De forma mucho más concreta, el anarquismo nació de la práctica y de las interacciones inmediatas y minúsculas de la Primera Internacional, del modo en que Anselmo Lorenzo y Paul Robin percibieron las relaciones de Marx con sus discípulos, por ejemplo. Son estas pequeñas interacciones, amplificadas, las que han dado sentido a una crítica más general del Estado, del Capital, de la Religión, de la Política y de los Partidos. De manera muy significativa, el movimiento libertario naciente no se definió primero como anarquista, sino como "anti-autoritario". El anarquismo nació de prácticas y percepciones anti-autoritarias (la vertiente guerrera y combativa de la palabra "libertario") y son esas prácticas y esas percepciones las que han continuado dándole cuerpo y sentido al anarquismo, al anarquismo obrero o al anarquismo actual, en sus componentes más vivas y menos ideológicas.
La suerte del anarquismo es que, como movimiento práctico y nacido de la práctica, tuvo enseguida, con Proudhon y Bakunin principalmente, una teoría homóloga a esas prácticas. Una teoría de la "fuerza colectiva" compuesta por otras fuerzas colectivas que producen "resultantes" que corren siempre el riesgo de volverse contra las mismas fuerzas que las han producido. Sé que es complicado, sobre todo para las mentes marcadas por las representaciones del orden dominante, pero me parece que quienes tienen las tripas (ese "otro cerebro") o el resorte anarquista, deberían hacer el esfuerzo de leer realmente a Bakunin, a Proudhon, a Kropotkin y a tantos otros... 

¿Qué podríamos encontrar en estos viejos autores?
Por ejemplo, Proudhon proporciona una batería de conceptos extremadamente ricos y esclarecedores sobre la naturaleza de las relaciones de poder. "Fuerzas", "fuerzas colectivas", "resultantes", "componentes" y "composiciones", "absolutos", "mónadas", etc. La gran originalidad de la teoría anarquista de inspiración proudhoniana se puede resumir en tres puntos:
1. Dar cuenta, de manera concreta, de todas las potencias que nos aplastan y dominan en el campo económico (teoría del valor), político (nacimiento y sostenimiento del Estado), ideológico y simbólico (Iglesia, Dios).
2. Dar sentido a las luchas e interacciones más inmediatas y minúsculas, frente a la visibilidad cegadora de las grandes dominaciones, como los "focos" donde se libra por doquier la guerra entre dominación y emancipación.
3. Inscribir explícitamente lo que está en juego de manera global e inmediata en lo que Proudhon llama una "nueva ontología" que funda la potencia teórica, práctica y revolucionaria del anarquismo. 

Criticas el "cientificismo ingenuo y cínico" del marxismo y elogias la ética del anarquismo. ¿Cuál es esa ética? ¿Que los medios, como decía Camus, son ya fines en sí mismos? ¿Que, como declaraba Malatesta, a quien dedicaste un libro, más vale una derrota que la victoria sin principios?
Me parece que habría que precisar lo que entiendo por "principios". En el anarquismo, no se trata de ideas y leyes abstractas, codificadas y grabadas en mármol. Se trata de una determinación y de un juicio internos a cada situación , por minúscula que sea, un juicio o una evaluación inmediata, práctica y muy intuitiva, intempestiva, por ejemplo la de los milicianos españoles desertando de las columnas anarquistas en el momento mismo de su militarización.
Camus tiene razón. Para el anarquismo, solo existen "fines" y no "medios", fines inmediatos e innumerables: en dos palabras, la anarquía, la an-arkhe , no es la ausencia de principios, sino un exceso de principios primeros, de “absolutos” como decía Proudhon, que asociados y federados, son capaces por selección, confrontación, imitación, lógica y dinámica internas de reproducirse y propagarse por todas partes. El anarquismo se opone a cualquier lógica instrumental y utilitaria, objetiva y objetivante. Cada cosa es una fuerza singular que resulta de una composición de fuerzas igual de singulares, ellas mismas compuestas de otras fuerzas singulares.
Para criticar el anarquismo, hay quien habla de "deseo", de "capricho" y de "subjetividades deseantes". Pero es equivocado reducir el anarquismo a las trampas y las deformaciones del liberalismo, a la presión de consumir cada vez más objetos o mercancías de todo tipo. Para el anarquismo, los "deseos" no son los del consumo capitalista y sus individuos artificiosos, esas "unidades de codicia" de las que habla Gilles Châtelet en Vivir y pensar como puercos: "bolas de billar patéticas que en sus esfuerzos por diferenciarse se hunden cada vez en la mayor equivalencia". Para el anarquismo, los deseos son fuerzas materiales singulares que implican y movilizan cada vez la totalidad de lo que es, bajo cierto punto de vista, según cierta configuración, un modo de ser opresivo o emancipador. "Deseos", "fuerzas", "voluntad de poder" (pero también "conatus", "entelequias" y otras nociones) son conceptos que afirman, cada uno a su manera, la misma realidad, la realidad material de lo que es. 

Efectivamente, al cientificismo del marxismo (a las "situaciones objetivas" decretadas e impuestas por el Partido), el anarquismo no le opone ninguna moral, ni unos principios morales, sino una "ética", en el sentido de Spinoza. Una ética que es ante todo una etiología, una lógica de los comportamientos y de los afectos, un sentido práctico, que proviene de las cosas, los acontecimientos y las situaciones. 

Una vieja querella agita los movimientos de emancipación, en el sentido amplio de la palabra: el individuo y el colectivo. Se acusa a menudo a los anarquistas de despreciar el segundo término y a los comunistas de sacrificar el primero. ¿Cómo resuelves esa cuestión?
Históricamente, el anarquismo padeció durante mucho tiempo una corriente "individualista" muy particular y que hoy, afortunadamente, casi ha desaparecido. Se volvió inútil en la medida que el propio capitalismo impuso a todo el mundo la "individualización" de los "gustos y colores" que el individualismo "anarquista" oponía a las nuevas y viejas comunidades (Iglesias, sindicatos, oficios, naciones, familias, grupos de afinidad, etc.). Este individualismo anarquista (que siempre fue marginal y que todavía perdura aquí y allá, en el terreno de la alimentación, de la procreación o de la sexualidad por ejemplo) tiene dos características negativas.
Acabamos de ver la primera: la inscripción del individualismo anarquista en el interior de las representaciones y las prácticas o los "deseos" del liberalismo capitalista hoy hegemónico. La segunda característica deriva de la primera pero va más allá. Es la creencia exorbitante en la existencia primera y auto-fundadora de un "sujeto" trascendental, dueño de sus elecciones y de sus decisiones; una creencia y un postulado extremadamente poderoso en la vida práctica (educativa, laboral, judicial…) y en el terreno de la filosofía, desde Descartes a Sartre, pasando por Kant, Husserl y muchos más. 

Para los movimientos anarquistas pasados y presentes, la relación entre el individuo y el colectivo se plantea en unos términos y en un horizonte de pensamiento y acción radicalmente diferentes. La afirmación "personal", como diría Proudhon, no tiene nada de liberal y no remite a la ficción moderna de un individuo o un sujeto trascendente, que existiría por fuera de las cosas, de las situaciones y de los acontecimientos. La inmensa mayoría de los militantes revolucionarios, orgánicamente vinculados a movimientos de masas (principalmente, el sindicalismo), pueden calificarse seguramente como "personalidades fuertes" o "individualistas", pero ese individualismo y esa personalidad sólo tienen sentido y existencia dentro de los movimientos colectivos, dentro de las "subjetividades colectivas" de las que son a la vez el producto y una de sus componentes. 

Un último comentario: para el anarquismo, no hay diferencias de naturaleza entre el "individuo" y el "grupo". Como lo subraya Proudhon, "el individuo es un grupo", un "compuesto de potencias" ellas mismas compuestas de otras potencias compuestas y así hasta el infinito. El "individuo es un grupo" y todo "grupo es un individuo", una "individuación", un "ser", una "subjetividad", un "absoluto", cada vez singular y sorprendente, y sólo mediante una larga experiencia colectiva podemos captar sus fuentes y sus efectos, buenos o malos, opresivos o emancipadores. 

Críticas la pertinencia de las nociones de derecha y de izquierda como "ilusiones" que sólo sirven para estafar a los ciudadanos-electores. ¿Piensas que habría que superar esa división ineficaz para comprender nuestra época, como aconsejaba Castoriadis? Hay quien te diría que es lo mismo que dice el Frente Nacional...
La distinción derecha/izquierda, así como el "ni derecha ni izquierda", son nociones políticas y politiqueras, aunque se basen y actúen en un viejo fondo imaginario que desborda los meros dispositivos políticos. El anarquismo recusa lo político como una trampa mortal para un proyecto revolucionario que abarca la totalidad de lo que hay, que parte de esta totalidad, de todos sus componentes. A la "revolución política" (nuevo Estado, nuevos dirigentes, nueva constitución), el anarquismo opone desde el principio una revolución social y económica ("la Social") que se distingue radicalmente de la simple y vieja revolución política. Una revolución que parte de todas las cosas, una revolución de largo recorrido que las implica a todas por igual: es "la independencia universal" y "la independencia del mundo" que cantan las viejas canciones obreras del siglo XIX. En esa lógica emancipadora, los "revolucionarios" no preguntan jamás a sus numerosos compañeros de pelea si son socialistas, de derechas, cristianos o budistas. La dinámica y la lógica emancipadora valen por sí mismas, no se exigen los compromisos ideológicos propios de los partidos, las Iglesias o las "sectas". 

Hemos visto recientemente, en España, a ciertos anarquistas mostrarse  extremadamente hostiles hacia un movimiento como Podemos y, en particular, hacia su portavoz Pablo Iglesias: ¿no hay una especie de purismo y de sectarismo en el movimiento anarquista que le condena a predicar dentro de su capilla, a hablar sólo a las minorías, a mantenerse lejos de “las masas”, por usar una palabra que no te gusta mucho?
Desconozco la naturaleza de esas críticas hacia Podemos y, por experiencia, desconfío un poco de ellas. Pero en lo que venimos diciendo creo que habría argumentos para elaborar una crítica anarquista. Podemos presenta dos características estrechamente unidas e igualmente inaceptables para el anarquismo:
1. Una solución política, ganar las elecciones, conquistar el poder del Estado.
2. Fundar su acción y esta victoria (de opinión) sobre la cantidad, sobre la "mayoría" de individuos-electores-ciudadanos, que se parecen como tales a las "bolas de billar" de Chatelet y se expresan en  grandes coreografías "de masa" que llegan después de (y codifican) las movilizaciones de las multitudes heterogéneas.
Para acabar, quizá la pregunta más difícil: ¿podrías dar una breve definición del anarquismo?
Es Deleuze (y Guattari) quien, de manera aparentemente enigmática, da a mi juicio la mejor definición: la Anarquía, "una extraña unidad que sólo se reclama de lo múltiple". Espero que lo dicho anteriormente contribuya a aclararla.
Esta es una versión parcial de la entrevista publicada por la revista francesa Ballast en febrero de 2015.
Traducción al castellano de Nicolas Bersihand. 
La versión portuguesa de esta entrevista ha sido publicada aquí.
En castellano, Daniel Colson ha publicado  Pequeño léxico filosófico del anarquismo (de Proudhon a Deleuze).  

jueves, 29 de agosto de 2013

22, 23 y 24 de Octubre Huelga General de Estudiantes!.

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Asociaciones de alumnos piden la dimisión del ministro Wert, al que acusan de mentir sobre las becas. Preparan una "semana de lucha" entre el 21 y el 25 de octubre.
  La convocatoria se produce el mismo día en que el titular del ramo compareció en el Congreso para explicar el decreto con la nueva normativa de becas que el Gobierno aprobó hace casi un mes, el pasado dos de agosto. 

 A la Comisión de Educación, Wert ha asegurado que el presupuesto destinado a las ayudas estudiantiles para el curso 2013-2014 es "el más alto de la historia", una afirmación que el Sindicato de Estudiantes considera una tomadura de pelo. "El ministro insulta nuestra inteligencia ya la de nuestros padres al decir que este decreto conseguirá la equidad e incentivará el rendimiento de los estudiantes ", señala la organización en un comunicado. "Nada más lejos de la realidad: el presupuesto para becas no ha hecho más que disminuir desde que el PP llegó al Gobierno en 2012. 

lunes, 15 de abril de 2013

Autonomía y autogestión.

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aPara el anarquismo, la autogestión sería un proyecto o movimiento social que tiene como medio y finalidad que la empresa y el conjunto de la economía sean administradas por aquellos que se encuentran directamente vinculados a la producción, distribución y uso de bienes y servicios; este concepto, de nivel colectivo, tiene también como ideal la autonomía del individuo. Aunque se ha apuntado lo económico como objetivo de la autogestión, puede extenderse a toda la práctica social propugnando la democracia directa como el tipo de funcionamiento en las instituciones. La autogestión tiene como contrapartida la heterogestión, según la cual se dirige la economía, la política, o cualquier otra práctica social, desde el exterior del conjunto de los directamente afectados, normalmente por un grupo minoritario que es el que toma las decisiones (así ocurre en el sistema capitalista y estatal); así, de modo similar, la autonomía se opone a la heteronomía, donde las normas se dictarían desde fuera de la comunidad sin que el conjunto de sus miembros puedan decidir sobre ellas. El anarquismo, lejos de ser un sistema social y político acabado, apostaría por la autogestión como un proyecto y un método elegido por los miembros del grupo afectado (a pequeña escala, puede ser una factoría o una escuela, hasta el conjunto de la sociedad).

Por supuesto, aunque se insiste en la autonomía individual, el anarquismo observa al ser humano como un ente social, codependiente del resto de miembros de la sociedad; la manera de entender la libertad individual tendría una condición fundamental en la participación de la autogestión colectiva, sin coacción exterior alguna, por lo que aquella no se compromete. La práctica habitual en la historia de la humanidad han sido la heterogestión y heteronomía, lo cual no supone que para el futuro no exista un cambio de paradigma y se vayan consolidando prácticas de autogestión. El ideal ácrata aspira a una autogestión del conjunto de la sociedad, por lo que implica la desaparición de todos los centros de poder donde ahora se gestiona por parte de una minoría (partidos políticos, burocracias sindicales, el conjunto del Estado…) y la participación de todos los miembros de la comunidad gracias a la descentralización y sin que existan intermediarios ni dirigentes. Por lo tanto, la autogestión anarquista supone una transformación radical de la sociedad.

Recordaremos el decálogo de autogestión, citado en el texto "Utopía colectiva y autonomía individual", de Nelson Méndez y Alfredo Vallota, publicado en Germinal. Revista de Estudios Libertarios núm.2:

1. Autogestión: No delegar el poder popular.
2. Armonía de las iniciativas. Unir el todo y las partes en un socialismo federativo.
3. Federación de los organismos autogestionarios. El socialismo no debe ser caótico, sino unidad coherente del todo y sus partes, de la región y la nación.
4. Acción directa: Anti-capitalismo, anti-burocratismo, para que el pueblo sea el sujeto activo de la historia, mediante la democracia directa.
5. Autodefensa coordinada: Frente a la burocracia totalitaria y a la burguesía imperialista, defensa de la libertad y el socialismo autogestionario, difundido mediante la propaganda por los hechos, no con actitudes retóricas.
6. Cooperación en el campo y autogestión en la ciudad: La agricultura se presta a una empresa autogestionaria, cuyo modelo puede ser el complejo agro-industrial cooperativo. En la ciudad, las industrias y los servicios deben ser autogestionados; pero sus consejos de administración han de estar constituidos por productores directos, sin ninguna mediación de clases dirigentes.
7. Sindicalización de la producción: El trabajo sindicado debe convertirse en trabajo asociado con sus medios de producción, sin burocracia ni burguesía dirigiendo patronalmente las empresas.
8. Todo el poder a las asambleas: Nadie debe dirigir en lugar del pueblo ni usurpar sus funciones con el profesionalismo de la política; la delegación de poderes no deberá ser permanente, sino en personas delegadas, no burocratizadas, elegibles y revocables por las asambleas.
9. No delegar la política: Nada de partidos, vanguardias, élites dirigentes, conductores, pues el burocratismo ha matado la espontaneidad de las masas, su capacidad creativa, su acción revolucionaria, hasta convertirlo en un pueblo pasivo, dócil instrumento de las élites del Poder.
10. Socialización y no racionalización de las riquezas: Pasar el papel protagónico de la historia a los sindicatos, las cooperativas, las sociedades locales autogestoras, los organismos populares, las mutualistas, las asociaciones de todo tipo, las auto-administraciones o autogobiernos, locales, comarcales, regionales y al co-gobierno federal, nacional, continental o mundial.
Por lo tanto, tal y como señala Cappeletti en La ideología anarquista, la autogestión es uno de los conceptos que sintetizan la filosofía social que propone el ideal ácrata. La palabra anarquismo, utilizado por primera vez por Proudhon con un sentido negativo, muy pronto será sustituida de una manera constructiva; así, autogestión es prácticamente un sinónimo positivo de anarquismo. Fueron los anarquistas en el seno de la Primera Internacional los que dieron auténtico sentido a este concepto, aunque con el paso del tiempo otras corrientes e ideologías se han apropiado del término restándole intensidad. Insistiremos, por tanto, que los anarquistas pretenden la autogestión integral, la cual supone por supuesto la toma de posesión de la tierra y del conjunto de los medios de producción, así como la dirección y administración de la empresa por parte de la asamblea de trabajadores; pero también la coordinación a través de la federación de empresas de todo tipo (desde lo local, pasando por lo regional y nacional, llegando incluso al nivel mundial). Por lo tanto, la autogestión integral que propugnan los anarquistas es un concepto estrechamente vinculado a otras propuestas políticas como son la descentralización y federación.
Si hablamos de economía autogestionaria solo podemos estar hablando de socialismo, por concretar más los conceptos políticos y huir de corrientes (supuestamente) anarquistas muy rechazables desde un punto de vista verdaderamente social y emancipador. Puede decirse más, y es que los anarquistas no conciben otra forma de socialismo que no pase por la autogestión, por lo que llegamos a una idea de la libertad estrechamente vinculada a la igualdad social; la economía libertaria es autogestionaria, los medios de producción están en manos de los propios trabajadores, y socialista, el objetivo es cubrir las necesidad de la comunidad. La autogestión, tal como la propone el anarquismo, y por muy radical que se presente, resulta una propuesta sociopolítica muy sólida; un método efectivo de combatir la miseria y alienación inherentes a la dominación política y a la explotación económica.

jueves, 27 de diciembre de 2012

COMUNICADO DE JOVENT LLIBERTARI-JOVENTUTS ANARCOSINDICALISTES EN SOLIDARIDAD CON ALFON.

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El pasado 14 de Noviembre de 2012, durante la Huelga General, Alfonso Fernández Ortega fue detenido y encarcelado bajo el protocolo FIES grado 5 (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). Se trata de otra “cabeza de turco”, otro montaje policial del Estado para infundir miedo y criminalizar a la juventud luchadora y combativa. “Alfon” es el único preso en toda Europa por su militancia durante el 14-N.
El silencio de los medios de comunicación masivos es un silencio cómplice, cómplice de un secuestro ejercido por el Estado Español y que está siendo ocultado por quienes poseen el monopolio de la opinión pública, ejercido claro está en favor del poder.
Desde Jovent Llibertari- Juventuts Anarcosindicalistes, queremos denunciar públicamente este caso como un montaje policial que mantiene a Alfon y a su familia (así como a amigos y amigas, compañeros y compañeras) en una constante tortura de Estado que dura ya más de un mes.


Queremos con este comunicado manifestar nuestra solidaridad con Alfon y sus allegados y allegadas. Tod@s somos Alfon!
La juventud vemos como los ataques indiscriminados del Estado Capitalista sirven para precarizarnos hasta límites desconocidos. Vemos como nuestros derechos fundamentales e innegables a todo ser humano pasan a ser mercancía de compra-venta para los capitalistas, como nuestro futuro se oscurece en la medida que una clase egoísta y represora llena sus bolsillos a costa de la miseria y humillación de la nuestra y vemos como los derechos conseguidos con años de lucha por generaciones pasadas nos son arrebatados en nuestros morros, de un plumazo. Esta generación no olvida que la situación actual es directa heredera de situaciones pasadas de las que no se “transitó” con la profundidad necesaria y por eso la juventud debe levantarse, organizarse y luchar. Es precisamente ese carácter organizativo y luchador de Alfon, el que el sistema teme y por el que necesita ejercer su presión.
Nuestra lucha pasa también por pelear contra la represión que es la única respuesta que el sistema utiliza para salvaguardar sus intereses. En la medida que la respuesta de trabajador@s y estudiantes se incremente (algo necesario en el actual marco) la represión se acentuará y deberá ser respondida.


CONTRA LA REPRESIÓN, ORGANIZACIÓN,
NUESTRA MEJOR ARMA LA SOLIDARIDAD
¡ALFON LIBERTAD!

lunes, 26 de noviembre de 2012

El documental "Economia Col·lectiva. L’última Revolució d’Europa" busca financiación para su realización.

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"Economía Colectiva. La última Revolución de Europa” es un documental que profundiza por primera vez en el episodio más extraordinario de nuestra historia reciente: la incautación y gestión colectiva de industrias y servicios por parte de sus trabajadores y trabajadoras.
El 19 de julio de 1936 las victoriosas organizaciones obreras establecen la democracia directa en los centros de trabajo. La propiedad privada y estatal de fábricas, talleres, almacenes y grandes empresas es reemplazada por la propiedad colectiva. Desde barberías a mercados, desde cines a hospitales, las más importantes y estratégicas compañías como Telefónica, General Motors, Campsa, Construcciones Aeronáuticas SA, Aguas de Barcelona, Cervezas Damm, Transmediterránea, Transportes de Barcelona, y al menos otras 11.000 firmas más, son colectivizadas. Pero esto sólo es el inicio de un proceso más amplio y ambicioso: la coordinación de toda la actividad económica hasta alcanzar su plena socialización.
Para profundizar por primera vez en formato audiovisual de una de las transformaciones más radicales e innovadoras del siglo XX ha surgido este proyecto, que comenzó cuando los autores de él encontraron un testigo que participó en la colectivización del taller donde trabajaba, y que necesita una aportación para terminar del todo su realización.
Para más información y colaboración: http://www.verkami.com/projects/3547

  

Einstein y el concepto de Dios.

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No pocas veces, se ha querido presentar a Einstein como un deísta o panteísta; su conocida frase "Dios no juega a los dados con el universo", fue vista por muchos como una especie de confesión religiosa. En la actualidad, muchos creen que esos términos fueros usado simplemente como una especie de metáfora coloquial con fines precisamente científicos para presentar una imagen global del universo.

Recientemente, se ha puesto de actualidad una carta de Einstein, en 1954, poco antes de morir, dirigida al filósofo Eric Gutkind en respuesta a su libro Choose Life: The Biblical Call to Revolt (Elige la vida: el llamado bíblico a la subversión):
La palabra Dios no es para mí nada más que la expresión y producto de la debilidad humana, la Biblia una colección de honorables pero aun así primitivas leyendas que sin embargo son bastante infantiles. Ninguna interpretación, no importa cuán sutil sea, puede (para mí) cambiar esto. […] Para mí la religión judía, como todas las otras religiones, es una encarnación de las supersticiones más infantiles.
Precisamente, los conocedores de la vida Einstein aseguran que esa epístola no tiene en realidad un valor significativo sobre su biografía, ya que revelaciones de ese tipo existen en muchos otros lugares de su obra. Parece que rara vez el científico hablaba de Dios como algo existente; cuando lo hacía, y de ahí que se haya querido aludir a su religiosidad algo especial (tal vez, panteísmo sea lo más adecuado, pero no deja de ser un paso más cercano al mero ateísmo), mencionaba el Dios de Spinoza ("el Dios del filósofo") o a la naturaleza como Dios. Einstein parecía rechazar el Dios personal de los monoteísmos, era especialmente duro con la infantil idea de un ser supremo que premia o castiga y no tenía precisamente palabras amables para los que creían en la vida después de la muerte. Veamos más testimonios del propio científico.
"No puedo concebir un Dios que premia y castiga a sus criaturas, o que tiene voluntad, tal como la tenemos nosotros. Tampoco quiero ni puedo concebir que un individuo sobreviva a su muerte física: Dejad a los espíritus débiles atesorar estos pensamientos, movidos por el miedo o absurdo egoísmo." Original: "I cannot conceive of a God who rewards and punishes his creatures, or has a will of the kind that we experience in ourselves. Neither can I nor would I want to conceive of an individual that survives his physical death; let feeble souls, from fear or absurd egoism, cherish such thoughts." “The World, as I see it” (“Mi Visión del Mundo”).
"El deseo de ser guiado, amado, y apoyado, se expresa en los hombres en su concepción social y moral de Dios... el hombre que está convencido del funcionamiento universal de la ley de la causa no puede entretenerse en la idea de un ser que interfiere en el curso de los acontecimientos... un Dios que premia y castiga no es concebible para él." Original: “The desire for guidance, love, and support prompts men to form the social or moral conception of God. … The man who is thoroughly convinced of the universal operation of the law of causation cannot for a moment entertain the idea of a being who interferes in the course of events. … A God who rewards and punishes is inconceivable to him …”. Ideas and Opinions by Albert Einstein, Crown Publishers, New York, NY, USA, pp. 36-39, 1954.
"Durante la infancia de la evolución espiritual humana, la fantasía creo a Dios a la imagen del propio hombre. ... la idea de Dios en el pensamiento religioso es una sublimación del viejo concepto de los dioses. ... en su lucha por el bien ético, los profesores de religión deben tener la estatura de abandonar la doctrina de un Dios personal.." Original: 'During the youthful period of mankind's spiritual evolution human fantasy created gods in man's own image. … The idea of God in the religions taught at present is a sublimation of that old concept of the gods. … In their struggle for the ethical good, teachers of religion must have the stature to give up the doctrine of a personal God … Ideas and Opinions by Albert Einstein, Crown Publishers, New York, NY, USA, pp. 46.48, 1954.
"Todo eso que usted lee acerca de mis convicciones religiosas es una mentira sistemáticamente repetida. No creo en un Dios personal, siempre lo he expresado claramente." De Dukas, H y Hoffman, B, Princenton University Press, "Albert Einstein: The Human Side", 1954.
"No creo en la inmortalidad del individuo, y considero que la ética es un asunto humano que no debe tener ningúna autoridad suprahumana detrás."  De Dukas, H y Hoffman, B, Princenton University Press, "Albert Einstein: The Human Side", 1954.
"Me parece que la idea de un Dios personal es un concepto antropológico que no puedo tomarme en serio." De "Religión y Ciencia", puño y letra de A. Einstein, publicado en NY Times Magazin, 9 Nov. 1930.
"No puedo imaginarme un Dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propósitos están modelados según los nuestros... un Dios, por decirlo brevemente, que no es sino el reflejo de la fragilidad humana. Tampoco puedo creer en un individuo cuya vida sobrevive a su cuerpo, a pesar de que almas débiles mantienen semejantes cosas por miedo o un egoísmo ridículo." Entrevista en New York Times, 19 de Abril de 1955.
Más información sobre Albert Einstein:
http://www.einstein-website.de/
http://www.positiveatheism.org/hist/quotes/einstein.htm
Capi Vidal
http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com.es/

martes, 18 de septiembre de 2012

20-S València: Debat «L’anarquisme, una opció política?».

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JPEG - 7.4 kB- Dijous 20 de setembre a les 19h
- Debat obert: L'anarquisme, una opció política?
- Lloc: Centre Cultural Arte&Facto (C/Peu de la Creu nº8, València)
- Organitzen CGT-PV i Arte&Facto
A més del debat obert, es farà un resum il·lustrat amb projecció de fotografies de la Trobada Anarquista Internacional de Saint-Imier (Suissa)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Manual de serigrafía.

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“Propaganda y agitacion”.
Guerrilla comunicacional
Hace un tiempo realizamos este pequeño y modesto manual de serigrafía, esta hecho de  manera que cualquiera pueda iniciarse en el mundo de la serigrafía, esperamos que les sea útil. Cualquier aporte será bien recibido. Ahora a realizar banderas, franelas y pancartas.
Descarga aquí el Manual
http://www.sendspace.com/file/c1gcah

martes, 4 de septiembre de 2012

Liberto Callejas, un anarquista solitario.

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El historiador Josep Portella recupera la figura del un político menorquín caído en el olvido. Anna M. Bagur | 31/08/2012

 El primer volumen de la colección Llibre d'exilis, a cargo del historiador Josep Portella (Ciutadella, 1955), se dedicó a recuperar la biografía de tres personalidades del ámbito político español, y origen menorquín, activos durante la República: Estanislau Ruiz, Marçal Pascuchi y Liberto Callejas. A partir de esta investigación la editorial menorquina Ses Voltes encargó a su autor 'la biografía larga' sobre la trayectoria de Callejas, l'anarquista incommovible, ya disponible en las librerías.

-¿Qué debemos saber del Liberto Callejas histórico?
-Es un menorquín cuyo nombre real es Joan Perelló Sintes, hijo de madre menorquina y padre mallorquín. Nace en Maó en 1884. Ideológicamente se forma en París como anarquista, y murió en el exilio mexicano en 1969. Vinculado al grupo 'Los Solidarios', es director de la revista Solidaridad Obrera, y colabora en diversas publicaciones en España y México. Una larga vida de características novelescas.

-¿Cómo se plantea la investigación de esta biografía?
-A partir de sus escritos, con los que desarrollar una cronología, y artículos, y alguna referencia en textos de otros activistas, ya que documentación personal o testimonios directos no se han encontrado todavía.

-¿Cómo se define su personalidad?
-Callejas fue un hombre de formación autodidacta, su interés era la lectura, ya sea de los clásicos del anarquismo como la filosofía franciscana, lo que le inculcó una personalidad ascética y solitaria. Además siempre tuvo problemas de salud que limitaban su acción en mítines y reuniones.

-¿Cuál es su tendencia anarquista?
-No fue un ideólogo original, a diferencia de Buenaventura Durruti, amigo suyo, u otros. Parte del anarquismo de principios de siglo. Su convicción es anticolaboracionista, defiende la acción directa, considerando a todos los políticos nocivos. Defiende el sindicato como la única fórmula de organización, y consideraba que la guerra es la oportunidad para llegar a la revolución.

-¿Con su trayectoria cómo se olvida una figura como ésta?
-Un poco por silencio del propio Callejas. Aunque Hermoso  Plaza hace referencia a «la maleta llena de papeles de Liberto», ésta no se ha encontrado. Tampoco dejó nada en el Sanatorio Español donde murió en México, ni en la Federación Anarquista de México, ni dejó ninguna biografía. Además fue soltero y sin familia.

-¿Cómo viven el exilio estos políticos?
-Hay dos tipos de exiliados. Los que renacen y empiezan una nueva vida, como Joan Comas; y los que no dejan nunca España y se sienten desterrados, con cierta amargura, como Liberto Callejas, una sensación que se percibe en sus obras.

-¿Existe una lección general?
-Que los menorquines no solo se dedicaron al folklorismo, había comunistas, anarquistas, socialistas... En estos momentos aparecen unos veinte nombres con importancia histórica, entre ellos Callejas, olvidados por la historiografía, pero que definen un mosaico ideológico y social de una época que también es la nuestra.

http://ultimahora.es/menorca/noticia/noticias/cultura/liberto-callejas-anarquista-solitario.html
 

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